Dando el rol en una Honda Fury

Seguramente pensarás, “ey, esa no es una moto nueva y ya ni se vende en México”, y la verdad es que así es, esta no es una prueba, aquella prueba la hice en el 2017 para otros medios, pero hay algunos viajes que por una u otra razón los recuerdo mucho. Además esta moto que se lanzó por allá del 2009, en el presente sigue existiendo al menos en Estados Unidos con las mismas especificaciones y un horripilante color amarillo, así que básicamente, es lo mismo.

A diferencia de los autos, los modelos de motos suelen mantenerse durante más años, con cambios mínimos o colores, tal es el caso de la Harley-Davidson Sportster que hoy tiene una hermana llamada Street Bob que se parecen demasiado aunque solo se cambió el motor, otra sería la Yamaha Super Tenere, esta Honda Fury, etc., modelos viejos que contradictoriamente cada año cuestan más.

Y bueno, para entrar directo en materia esta moto me despertó muchas expectativas cuando se presentó en el 2009, esto por sus comerciales que hoy serían mal vistos por la “liga de la decencia”, el diseño que recordaba a motos de concurso custom y que Honda pusiera una moto de este tipo en la casa de Harley e Indian. Aunque el resultado la verdad no fue tan bueno, y pocas personas casadas con Honda que querían una custom optaron por ella, y eso fue también lo que obligo a Honda Powerhouse México a retirarla.

Aquella semana que la tuve de prueba fue complicada, presión laboral, problemas familiares, no me habían pagado y puntualmente tenía en la bolsa menos de 500 pesos además, era de esos días que despiertas fastidiado de todo, por lo que simplemente quería salir, solo recuerdo que fue entre semana, por lo que me libré del tránsito citadino y tomé rumbo a Pachuca, y posteriormente giré hacia Tulancingo, mi idea al principio era ir a las Pirámides, no sé si pensando en pedirle favor a algún dios prehispánico o tomarme un pulque por allá (muy recomendados por cierto).

Para los que les gusta rodar muchos kilómetros no me dejarán mentir que la carretera se convierte en una catarsis, al principio lleno de problemas y posteriormente llega la calma, introspección, resoluciones, suspiros y comienzas a sonreír viendo el paisaje, y gracias a todo ese proceso mental, se me pasó la salida a Pirámides por lo que seguí, ya vería después algún retorno.

Tocando un poco el punto de la moto, fue una completa decepción, y no por el estilo, me sigue pareciendo chula hasta el presente, pero entra en la categoría de: “que bien se ve esa moto, sí, así parada, pero no ruedes en ella”. La respuesta del motor 2 cilindros de 1.312 cc era contundente, pero no a forma de las americanas, sino con un excelente refinamiento, así que en tu mano derecha tienes 57 hp y un par de 107 Nm, pero para ese motor sediento un tanque de 12.8 l es realmente insuficiente, (aunque esta tendencia de motos grandes con tanques pequeños se mantiene al día de hoy como la Indian FTR con 13 l, realmente visitas demasiado las gasolineras) y por otra parte lo bajo de la tura con respecto al piso, por lo que los topes y vueltas cerradas hacían que arrastrara todo, así que los caminos de México hacían que esta Honda perdiera toda su Furia para pasar suavecito…

Durante el recorrido vi un anuncio que decía “Acueducto del Padre Tembleque”, y claro que me llamó la atención el nombre así que di vuelta a la derecha, crucé una pequeña localidad llamada Santiago Tepeyahualco, y luego seguí otra indicación que me llevó a un camino de terracería, desde la salida de la carretera federal hasta acá no fueron más de 5 km. Desde el camino de tierra ya se veía el acueducto, pero la magnitud solo se nota cuando estás en la parte baja, donde cruzan unas melancólicas vías de tren.

Obviamente no conocía este lugar, y la señal de internet en aquella ocasión era nula, por lo que al regresar a casa tuve que informarme del Acueducto del Padre Tembleque (Mapa), el cual inició su construcción en 1553, siendo una de las obras más importantes de la época. La longitud del mismo es de 48 km y va desde El Tecajete (volcán) hasta Otumba.

En este punto la verdad es que me desconecté, me senté en una piedra, mientras que la calma y el sonido del aire pasando por los arcos del acueducto me hicieron olvidar el mal día, al final todo pasa y seguro al siguiente día volvería a sonreír, esto es lo que te da un viaje, no importa si es en coche, moto, bici o incluso haciendo senderismo.

Eso sí, si esperas instalaciones aptas para el turismo y algo que hacer, no lo encontrarás, no hay nada (o al menos las tres veces que fui) por lo que después de ese tiempo de introspección y que un local me dijera: “por ahí asaltan, cuidado…” bueno nunca me pasó nada e incluso me encontré alguna vez con otras personas haciendo sesiones de fotos, así que no sé si solo fue una exageración o tuve mucha suerte.

Ya con tranquilidad dentro de mí me dije, me alcanza para llenar el tanque de combustible y regresar a la capirucha, así que seguí rumbo a Tulancingo, puntualmente a las tortas la Preferida, lugar con muchos años de servicio y es una parada casi obligatoria para camioneros, turistas y viajeros. Cabe señalar que ese lugar lo conocí a principios del 2000, y crecieron para mejorar su capacidad para recibir clientes. Para llegar aquí viniendo desde la CDMX hay que tomar un retorno, en el cual recuerdo como “arrastré la panza de la moto” de manera impresionante, como les decía es muy chaparra, por lo que fui la comidilla de los que me vieron haciendo eso.

“Panza llena corazón contento”, eso dicen por ahí, y creo que esto fue lo que me faltaba una buena y sencilla comida y luego regresar. Todos tenemos formas de desestresarnos, en mi caso es escuchar música a volumen alto, deporte o viajar en carretera, te recomiendo encontrar cuál es tu forma de liberarte, a veces necesitamos hacerlo para seguir adelante y no acumular ira o frustración.

Para finalizar, de nuevo disculpas por no tener más fotos del lugar, pero antes me dedicaba más al producto que al escenario, o es diferente, te muestro a dónde puedes llegar con tu vehículo, lugares que no necesariamente te requieran invertir mucho dinero, pero son igual de valiosos o si te encantan los autorretratos, tendrás mucho material para tus redes sociales.